Esa mujer

La canción cancelable, la que a muchos gusta, la que consumes a escondidas, la que  te dice muchas verdades, la que has visto en muchas historias propias o conocidas, la que sólo un hombre que haya vivido esta historia y no tenga reparos en aceptarlo y manifestarlo, la hará totear en su cabina de sonido un fin de semana hasta superarlo o cada vez que recuerde el impase.

!Qué seductora es esa mujer!

Pareciera que la única que puede manifestar algo adverso en contra de una mujer, es otra mujer ejemplo:"esa es una tal por cual, que dañó mi hogar".

O el calificativo que connota agresión dependiendo del género musical, como está plasmado en los corridos o reguetón, este último, parece tener licencia para decir las más profunda obscenidades sin causar ofensa alguna y llevándolas a decir "¡Grítalo reina, cántalo potra, diva empoderada, p*rra en calor!" etc.

Pero aquí, contaremos de donde nace "Esa mujer", quien tuvo sus inicios en el año 2019 en la ciudad de Girardot, lugar en el que estuve por algún tiempo y debía liderar a un grupo de hombres en su mayoría muy jóvenes entre los 23 y hasta los 30 años, como suele ser normal en esas edades es cuando más el mercado de las citas amorosas está abierto y aunque me reservaré muchos datos, si debo mencionar, que muchos de estos jóvenes cuando me solicitaban permisos para en los momentos no laborales realizar otras actividades, sin ser invasivo yo debía hacer seguimiento y saber con quién era la persona con la que salían mis compañeros. Resultó que varios de ellos sin saberlo salían con la misma persona, lo que me llevó a lanzar una coloquial frase "esa mujer es un demonio".

Y es en ese momento, que se me enciende la bombilla e inicio a tararear la frase y con ella, empecé a juntar recuerdos de situaciones muy similares que presencié en Arauca y Bogotá, siendo Arauca el lugar de mayor permanencia, con tareas similares y bajo condiciones muy parecidas. 

Encontré esta mala práctica de lado y lado; pero sin ahondar en ello, quiero manifestar con la mano en el corazón que estos engaños son tan comunes que no descarto que yo pude haber estado metido en algo similar sin saberlo. Si alguien, sabe algo al respecto, hágamelo saber y así trabajaré en la segunda parte de "esa mujer", debo confesar que he avanzado en una segunda entrega, mientras eso llega, los invito a escuchar "ESA MUJER".

https://youtu.be/dp2miKKq9Xs?si=nX-mmFmCQRQPmR1n

Así es que la quiero yo

Cuando se le pide al universo que te haga coincidir con una mujer de similares valores a los tuyos y de características tan humanas que la única posibilidad que te queda es amarla desde el día que con ella coincidas hasta el fin.  De eso se trata "así es que la quiero yo".

 

Esta canción es para mí la consentida de la casa, nació por allá en el año 2019, año en el que después de varias relaciones fallidas quise darme un tiempo y la verdad no esperaba que fuera un tiempo tan extenso, sin embargo, este tiempo ha sido determinante para afinar muchos aspectos de vida.

Quiero contarles, que en el año que escribí esta canción mi vida se preparaba para muchos cambios a nivel personal y profesional, y qué bueno es tomar a manos llenas esos cambios y querer aspirar a mucho, y entre todas las cosas bellas a las que uno aspira, por qué no esperar a ese amor bonito, ese que la sociedad nos ha enseñado que debemos esperar, que algún día llegará y este será para siempre. Fue en ese entonces, donde revisé todas las relaciones que tuve y escogí de cada mujer que pasó por mi vida algo especial, incluso como todo artista hace, dejé volar la imaginación para que algunas de sus partes le agregaran algo de picante y humor.

 Desde luego que es la canción consentida de papá, la canción con extensión más larga, cómo no hacerla así de larga si su letra es muy diciente y muy bonita, así lo expresó también mi productor y arreglista Paul Ospina, pues finalmente, les cuento que esta consentida fue elegida para ser mi primera canción, por encima de otras que había escrito hace muchos años; así que no se olviden escucharla, en todas las plataformas se encuentra disponible, gócenla, dedíquenla y piénsenla como si se tratara de una ley de atracción.

Generalizar es malo

Cada persona es responsable de crear su buena o mala reputación. Lo que hallo bastante molesto es que haya quienes se encarguen de dañar la reputación de otros, por la profesión u oficio, generalizando. 

Tal actitud logra estigmatizar, y no le da la oportunidad a Zutano de conocer a Fulano, porque la idea que Mengano le está vendiendo a Zutano es totalmente maquillada con un mal concepto; cuando debería ser el mismo Zutano quien emita un juicio de las virtudes y falencias de Fulano, una vez le haya conocido.

 Pero, cuando se trata de la reputación de Mengano seguramente exige ser sacado de esa colada. De antemano ofrezco disculpas, pero hagamos el ejercicio, generalicemos:

 . "Todos los sacerdotes son pederastas".

 . "Todos los costeños practican la zoofilia".

 . "Todos los policías son perros".

 . "Todos los metaleros, punkeros y rockeros son marihuaneros".

 . "Toda secretaria se la juega a su esposo con el jefe, y todo jefe a su esposa con la secretaria".

 . "Todos los docentes esperan una dádiva para que sus alumnos no reprueben".

  . "Todos los instructores de gimnasio miran con ojos asexuados a sus clientes".

  . "Todos los raperos y reguetoneros son adictos al sexo, drogas, alcohol y dinero".

  . "Todos los políticos son corruptos".

Podemos pasar la vida hablando en modo general, afectando a cientos de personas, sólo por la actuación de una sola. ¡Qué mal principio de que por uno paguen todos!

Lo anterior está fundamentado en el hecho de recurrir a los prejuicios o estereotipos. Éstos pueden ser negativos o positivos. Para el caso de los ejemplos arriba registrados, estamos hablando de prejuicios negativos; situación que, indudablemente, resulta bastante peligrosa; precisamente por la generalización que se hace de las personas pertenecientes a una etnia, grupo social, oficio, profesión, etcétera.

Téngase en cuenta que son los prejuicios los que con frecuencia dan lugar a las discriminaciones de todo tipo: "Como un negro me robó, entonces de ahora en adelante considero que todos los negros son ladrones; razón por la cual odio a los negros, no los quiero ver ni pintados".

En cuanto a los prejuicios positivos -que no son del tema central de esta nota-, miremos nada más un ejemplo, suficiente para entender qué son ellos:

  . "Todos los negros bailan muy bien la salsa". Esto, desde luego, no es cierto.

Entonces, invito a que seamos lo menos injusto y lo más justo posible, utilizando imparcial y candorosamente el extenso léxico; desmenucemos, segreguemos, aislemos e individualicemos; pues, una manzana podrida no debe acabar con todas.

Carta para mi hijo

¡Hola hijo! hoy que tengo la oportunidad de escribirte, una que otra cosa voy a decirte.

La vida no es fácil, debes recibir muchos golpes, caer y levantarte, una y otra vez; pero esa dinámica es la que hace que seas fuerte, como decía el padre de un buen amigo  "a lo duro, se le hace más duro".

Te digo hijo mío, el mejor plato de sopa, será el que consigas con el sudor de tu frente, lo que por herencia te ha sido dado, fue adquirido con sufrimiento, con tenacidad y mucho sacrificio, sacrifiqué mi vida social, personal y familiar, inclusive el amor me fue esquivo por trabajar arduamente, y hasta por hacer lo que hacía, seguramente haz de sentirte orgulloso de tu padre, pero quizá también me odies, por trabajar tanto y que el ejercicio de mi trabajo, me haya restado la posibilidad de verte crecer. 

En medio de la circunstancia te confieso...en la vida voy jugando como si fuera ajedrez, dos, tres o más pasos adelante, de ahí mismo espero un día conocer a tu madre, engendrarte verte nacer y corregir el camino que aún es incierto.

Atentamente; 

Tu padre.

 

DERECHOS QUE DEVORAN deberes

Aún hoy, a mis casi 35 años de vida, he tenido la oportunidad de conocer las doctrinas de claustros educativos, instituciones, conjuntos residenciales y hasta de círculos sociales.

En cada uno de los mencionados espacios encontramos un Manual de Convivencia, una normatividad que tiene como único fin la justicia; el dar a cada quien lo que le corresponde, por su condición de personas, y por la misma acción meritoria.

Pero, es inevitable encontrar personas que se instruyen de forma autodidacta sólo para su bienestar; ilustrándose ampliamente sobre sus derechos dejando de lado sus deberes. No debe uno excluirse de estas fallas, porque hasta por desconocimiento de la norma se tiende a ir en su contra. 

  La exigencia en forma única de los derechos, no es más que una situación interesada, individualista; que va en detrimento de lo que es justo, pues nuestros derechos están devorando nuestros deberes. Tenemos que comprender, y demostrar, que si tenemos la potestad de pedir, también debemos dar. 

 Para que haya armonía entre los derechos y los deberes, es preciso tomar conciencia alrededor de los unos y los otros. Solamente así, entendiendo que ellos deben ir tomados de las manos, se puede llegar a la resolución de conflictos. Si alguien, al reclamar sus derechos entiende que tiene unos deberes, es más fácil que la contraparte acceda a sus pretensiones; bajo la perspectiva de que se está jugando limpio, al acogerse a unas reglas de juego claramente definidas.

  En las Cartas Magnas o Constituciones Políticas de los Estados encontramos un capítulo dedicado a los derechos de los ciudadanos; como también otro en el que se señalan sus deberes, sus obligaciones, sus responsabilidades. 

  Es decir, entre derechos y deberes debe haber un proceso de simbiosis: "Tú me da, yo te doy. Tengo derecho a que el Estado atienda mis necesidades... Del mismo modo, tengo el deber de contribuir al engrandecimiento de mi país"... Retomando una frase de John F. Kennedy, no debemos limitarnos a preguntar qué hace nuestra nación por nosotros; sino, que también debemos preguntarnos qué hacemos nosotros por él; lo cual necesariamente implica derechos y deberes.

  Entonces, es preciso Derechear (exigir mis derechos); como también, al mismo tiempo, Deberear (cumplir mis deberes). Espero que la Real Academia de la Lengua no me meta un regaño por inventarme los anteriores verbos. ¡Ah!, con sus respectivos sustantivos: Derecheo y Debereo.

La vida en pareja

¿Quién osa decir que la vida en pareja no es una sociedad, naciente de un sentimiento y encaminada a un mutuo deseo?...

  ¿Quién dice que Fulano no puede alistar a los niños y enviarlos al colegio?...

  ¿Quién se atreve a manifestar que Fulano no puede preparar los alimentos para su núcleo familiar?...

  ¿Quién dijo que Fulano no puede trapear, barrer, lavar baños, lavar la loza, tender camas y planchar?...

 ¿Quién dice que Zutana no puede ir a pagar servicios?...

 ¿Dónde está escrito que Zutana no puede trabajar y llevar los alimentos al hogar?...

  ¿Quién dice que Zutana no puede dar solución a los problemas del hogar?...

  ¿Cuál es la norma de conducta que indica que Zutana no puede poner un clavo en la pared, o reparar algo dañado en casa?...

 ¿Quién dice que Zutana no puede tomar decisiones?...

 ¿Y quién osa decir que él y ella no pueden compartir las mencionadas obligaciones, entre muchas otras que surgen en el seno familiar?...

 En una vida de pareja, el vínculo crece cuando se comparte más que besos y caricias. Hay funciones que deben ser exclusivamente para uno de los dos, como lo es el parto. En un acto de ecuanimidad refiero que el varón debió también ser bendecido con una matriz, para llegar a la sana decisión, entre él y ella, y establecer quién queda en embarazo.

 Confieso que, aun siendo hombre, me gustaría hacer el ensayo de quedar embarazado algún día. Si me atrevo a hacerlo, posteriormente les contaré sobre dicha experiencia.

 CONCLUSIÓN: En la vida en pareja, las responsabilidades deben ser parejas. Del mismo modo, naturalmente, los derechos de la pareja deben ser parejos. Esto último será tratado en otra publicación.

Los policías son del planeta Marte

Quiero que entiendan, ¡por Dios!, que esos policías no son de este planeta Tierra...

Según mis fuentes de alta credibilidad, es evidente que ellos son... del planeta rojo: Marte.

 ¡Qué tombos! Son extremadamente raros; cuando no están en las calles y hasta en las selvas del país jodiendo la vida, regresan a su planeta.

 Según se dice por ahí, ellos no actúan normalmente. Tener familia para ellos es un raro arte; y entre cosas malas que nos hacen, las peores, y que no percibimos por su avanzada tecnología extraterrestre, son en apología a su planeta Marte.

 1. Si tienes un descuido, seguro van a cuidarte.

 2. Si requieres de alguien, ellos siempre están dispuestos a ayudarte.

 3. Si desconoces tus deberes y derechos, van a educarte.

 4. Si necesitas un consejo, hasta se acercan a aconsejarte.

 5. Si alguien se aprovecha de ti y la razón te pertenece, van a apoyarte.

 6. Si no encuentras una dirección, van a orientarte.

 7. Si tu vida está en inminente peligro, han de salvarte. 

 8. Si el desconsuelo te rodea y te sientes acompañado de la soledad, corren a abrazarte.

 9. Sin conocerte, hasta como a un (a) hermano (a) llegan a amarte.

 10. Si alguien te secuestró, salen a buscarte; en procura de rescatarte.

 Queda comprobado, pues,

 Y lo digo una y otra vez,

 Que en los policías, el ser raros es su arte.

 ¿Y por qué actúan así esos policías?...

 ¡Pues, porque son de Marte!

NO SOMOS PRODUCTO TERMINADO

Dicen que los cambios son para mejorar. Comparto esa idea siempre y cuando esos cambios sean para bien.

Encontramos que la vida está llena de tantos cambios, en muchos aspectos; como son: Laborales, económicos, sentimentales, anímicos, etcétera; pero, hay unos cambios que deben surgir en nuestras vidas para nuestro bienestar y el de las personas que nos rodean. Fácilmente vemos personas que dicen: "Así soy yo, y no cambiaré por nada ni por nadie".

Otras que dicen: "Yo nací así, y muero con mis males".

Y bastante cierto es que se debe aceptar a las personas con sus fallas y aciertos de carácter natural; sin embargo, cuando nuestras falencias trascienden y causan daño a otras personas y a uno mismo, es evidente que debe haber una conversión para bien; es en ese momento de conciencia la oportunidad de torcer brazo con dirección a un cambio.

No somos la fotografía alrededor de la que el fotógrafo dice: "¿Cómo quedó? ...".

No somos el televisor u otro electrodoméstico retirado del mercado, hecho a satisfacción del fabricante.

No somos un producto terminado.

CONCLUSIÓN: El cambio, entonces, es necesario emprenderlo en busca del bien -como he dicho- individual, familiar y colectivo o social. No ha de ser ese cambio que se produce acogiendo lo que se conoce como gatopardismo; que habla de cambiar para que nada cambie; para que todo siga igual, o peor. No ha de ser un cambio para destruir, sino para construir.

EL ROTUNDO NO COMO RESPUESTA

¿A quién no le agrada recibir un cálido "SÍ”, como respuesta a un deseo?...

 Creo que todos hemos recibido un "SÍ en algún momento de nuestras vidas. Siempre esperamos que la respuesta que esperamos se nos dé; ante un deseo, capricho, anhelo, pretensión, solicitud de crédito, declaración de amor, propuesta de matrimonio, etcétera. En un 99.9 % la respuesta que queremos oír y saborear es un delicioso "SÍ"... ¿O no?... ¡Claro que sí!

 De acuerdo estoy con que se debe esforzar, perseverar y mostrar empeño con el firme propósito de alcanzar un "SÍ". ¡Ah!, ¿y por qué no un consolador, quizás o tal vez?... (Siempre que sea en aspectos altamente positivos, entre las partes).

 Lo que no es conveniente es decir "SÍ" a todo capricho, deseo o manipulación; porque esta última siempre busca aprobación... Claramente vemos estas fallas en edades cortas; como cuando un niño se hace medallista de talla olímpica, recibiendo miles de aprobaciones, aun cuando no las merece. En ese caso estamos potenciando a una persona para que nunca quiera y acepte un rotundo "NO" como respuesta. Esto se vive en cientos de personas, que se van al extremo de lo permisivo, dándole el "SÍ" a todo el mundo.

 María: "¿Carlos quieres tener sexo conmi...?"...

 María no ha terminado la pregunta, y Carlos ya está encima de ella; diciéndole: "Sí... Ya acabé".

 Un pequeño paréntesis, para recordar que los hombres también podemos expresar un rotundo "NO" en estos eventuales casos, y viceversa.

 Un rotundo "NO" como respuesta debe ser aceptado, asimilado y superado; pues, no podemos llevar a las personas arrastradas ante nuestras necesidades y pretensiones.

 Reconozco que me encanta recibir muchos "SÍ" como respuesta; pero, más allá que un "SÍ" o un "No", ruego por favor a quien tenga que darme una respuesta, que jamás use el silencio. Bien dice el refrán: "A buen entendedor, pocas palabras"; No obstante, no hay como la sincera afabilidad. Por tanto, os ruego por difícil e hiriente que sea, que a mí me manifiesten -siendo lo que me gusta ante el referido caso- un rotundo "NO" como respuesta.

El que se enamora pierde

Seguramente el título de esta nota lo han visto y oído en muchos escenarios, incluso hay una película colombiana llamada así. Enamorarse por estos tiempos es sinónimo de pérdida.

Estoy de acuerdo, enamorarse sí es perder...

Es perder el temor a amar y ser amado.

Es perder el pudor y hacer el ridículo en público, con la bochornosa y bonita cursilería.

Es perder la soledad para ser acompañado, temporalmente o quizá de por vida.

Enamorarse es, la forma como dos personas inician a transitar por la vida juntos, persiguiendo un propósito para ser compartido.

En el amor no debe haber más que buenas costumbres, no debe haber hostilidad de por medio.

El amor no es una guerra de poderes, donde gana el más fuerte, el que más reprime sentimientos o es dueño de un orgullo inquebrantable.

El amor debe ser una balanza donde se sopesan, más que el sentir, la confianza, el respeto, la justicia y la admiración. Desde luego, hay muchas otras pautas que hacen del amor una cajita feliz; y la relación que tengan estos cuatro ingredientes, va camino a una vida de pareja promisoria; y si el que se enamora pierde, en verdad es porque quiere perder.

 "Si amas, conocerás a Dios; porque Dios es amor". San Juan.

¿A dónde se fueron mis detractores?

Una vez un hombre intentó hacer mediación entre las personas y las autoridades, de manera objetiva e imparcial, con absoluta buena fe y con un solo interés de por medio, encontrar escenarios de paz.

Este hombre, encontró siempre gente que buscaba el caos, que le confrontaba sin razones, y es que confrontar con ideas no está mal, pero él recibió improperios de toda clase, acusaciones sin fundamento; pero estas personas sólo le atacaron cuando él trababa de  hacer lo bueno, justo y correcto.

Siempre le colocaron un pero, siempre descalificaron sus acciones,  pero una vez este hombre silenció sus opiniones, estas personas se alejaron, cesaron sus ataques, este hombre no niega haber hallado tranquilidad estando al margen de la opinión, dedicó más tiempo a los propios asuntos, pero un algo le decía que debía salir de la zona de confort he incomodarse un poco alzando su voz en contra de lo injusto, aunque no hiciera mucha mella y fuera echado en saco roto por muchos, en alguna buena mente lograría recalar...

 ¿Qué será lo que querían los agitadores, generadores de caos? Que las opiniones de este hombre no acabaran con sus planes de desorden

Toda esta historia, parida en algún lugar de la ciudad, me recordó una frase que nos dejó el ilustre Martin Luther King: 

 "No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos."

No hay punto de comparación, entre ese hombre y Martin Luther King, no podría estar a su altura. No podría medirse a qué niveles se les hinchó el pecho de lo bien que pudieron obrar; no debe haber vanagloria cuando se hace el bien, pues a eso vinimos al mundo ¿¡si no es a eso, entonces a qué!?

Aquel hombre, se pregunta:  - ¿Dónde estarán  mis detractores? Si hasta les invité a luchar en contra de lo indebido, pero se esfumaron, cuando a rebelar sus intenciones les llamé. 

Pienso que este hombre, los invocará con alguna acción que llame a la paz, para que con intentos de estropear los planes ellos vengan. Evidente es, que a estas personas les da piquiña que otros hagan lo que es correcto, ojalá en el intento el hombre les convenza de unirse, al menos en una confrontación sana que busque objetivamente el bien común.